El día anterior Isolino, Lopito y yo habíamos tenido un día muy ajetreado así que nos fuimos pronto a dormir.
A las 8 de la mañana el sol empezó a entrar por mi ventana, e Isolino me despertó con sus suaves y calientes antenas.
Ah!, ¿Qué nos había dicho que Isolino duerme conmigo? Sí, duerme al lado de mi cama en su cajita de zapatos de color azul y amarillo.
Aquella mañana todo era distinto, como más bonito, incluso el cola cao que me tomo todas las mañanas estaba más bueno que nunca y mis 3 galletas del desayuno parecían incluso más grandes.
Tras coger fuerzas para nuestro nuevo día, Isolino se puso su asa en su caparazón, y empezó a mover sus antenas. Yo no entendía muy bien porque pero sin rechistar cogí mi maleta de aviones y nos fuimos a la escuela de verano.
Aquel día vino al cole de verano una niña nueva: Mica. Es alta y delgada como yo, tiene el pelo pelirrojo y los ojos azules.
Mica y yo nos hemos hecho enseguida amigas porque tenemos muchas cosas en común: nos gusta pintar, jugar al futbol, al tenis, montar a caballo… pero sobre todo nadar en la piscina.
Al cabo de unos días de conocernos Mica nos invitó a Isolino y a mí a comer a su casa y a pasar la tarde en su piscina.
Al llegar a casa de Mica las antenas de Isolino se volvieron locas. ¿Qué le pasará a éste caracol? Y no tarde ni un segundo en darme cuenta de…¡Qué sorpresa!, Mica tenía dos piscinas una con forma de estrella y otra con forma de corazón.
Saqué de mi maleta de aviones mi bañador de margaritas; Isolino se puso a tomar el Sol y Mica se puso su bañador amarillo.
Fue entonces cuando salió la mamá de Mica a decirnos que hoy estaba preparada el agua especial. ¡El agua especial? – le pregunté a Mica.
- Si, es un agua que solo mis padres saben hacer y que es muy divertida.
Mica no quiso explicarme nada más, simplemente me invitó a entrar en la piscina en forma de corazón.
Conforme bajé las escaleras no noté nada especial, pero mi sorpresa fue cuando mi pelo tocó el agua. ¿Os he dicho que soy morena?, pues tengo un pelo largo y moreno, pero en aquella piscina de forma de corazón mi pelo empezó a ponerse pelirrojo como el de Mica.
Al principio me asusté pero Mica me explico que en cuanto saliera de la piscina y se me secara el pelo volvería a tener el pelo moreno.
¡Que pasada!, ¡una piscina que me tinta el pelo de colores!, ¡esto sí que es divertido! Y corriendo como una gacela fui a mojar a mi amigo el caracol.
Isolino Calavera se quedó petrificado cuando vio mi nuevo look, pero no tardo ni dos segundos en soltar una gran carcajada.
¿Os acordáis que Mica tenía dos piscinas? En la que nos habíamos bañado tenía forma de corazón y nos coloreaba el pelo rojo, entonces ¿la que tiene forma de estrella de que color nos lo tintara?
No me dio tiempo ni a acabar mi pregunta cuando oí a un caracol alocado gritando: “Bomba vaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa”. Y cuando me di cuenta Isolino ya estaba dentro de la piscina en forma de estrella. Cuando empecé a ver sus antenas de color amarillo fosfi me lancé a la piscina sin pensarlo. “Allá voyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy”, grite con todas mis fuerzas, y nada más caer a la piscina mi pelo se coloreo de amarillo.
Entre risas y juegos se hizo la hora de merendar y de reponer fuerzas. Mientras nos comíamos los bocatas de mortadela con olivas que nos había preparado la mamá de Mica, se nos ocurrió una idea.
- ¿Y si vamos mañana a la playa e intentamos hacer que el agua salada del mar se convierta en agua con azúcar?- les dije a mis amigos.
Era una idea fantástica pero no teníamos ni idea de cómo conseguirlo.
Isolino, que de vez en cuando tiene buenas ideas, pensó en llamar a nuestro amigo Lopito. ¿Os acordáis? Si, aquel personaje peculiar que vivía en el bosque de gominolas.
- ¡Bien pensado caracol!, seguro que él nos podrá ayudar a conseguir nuestro propósito.
Y así fue como Mica, mi amigo el caracol y yo empezamos a organizar una nueva aventura.
De repente empezaron a caer pequeñas gotas de agua y como hacía mucho sol salió el Arco iris. Isolino que entiende mucho de sacar los cuernos al sol me dijo que eso significaba que nuestra nueva aventura iba a salir muy bien.
Era ya tarde y estábamos muy cansados. Mi pelo y los cuernos de Isolino ya se habían secado y habían vuelto a la normalidad. Nos despedimos de nuestra nueva amiga Mica y nos fuimos andando hasta casa. Esa noche cenamos longanizas con tomate, ¡mmmmmm!, nos lavamos los dientes, mi papá nos leyó un cuento y nos dormimos.
Solo recuerdo que empecé a soñar que mis pies se mojaban con las olas del mar… ¿Será agua salada o agua dulce?
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